“NO ORILLEN A PUTIN A LA DESESPERACIÓN”
PARÍS.– Vladimir Putin despertó el fantasma de la guerra nuclear al advertir, el pasado 27 de febrero, que las fuerzas de disuasión de Rusia se encontraban en estado de alerta. Días más tarde, observadores internacionales señalaron que submarinos nucleares rusos habían salido de su base y mencionaron también nuevos despliegues de misiles balísticos.
¿Cómo interpretar esos movimientos? ¿Se trata de nuevas medidas intimidatorias del Kremlin? ¿Crece realmente la amenaza atómica?
“Depende. Si submarinos y misiles vuelven a su posición inicial, puede significar que el alto mando militar ruso sólo quiso asegurarse del buen funcionamiento del sistema de transmisión de una orden de ataque nuclear. Si no se reintegran a sus bases podrá deducirse que están en alerta, pero será difícil evaluar el nivel de esa alerta”, afirma Benoit Pelopidas.
Fundador del primer programa de estudios sobre conocimientos nucleares del Instituto de Estudios Políticos de París, Pelopidas es un pionero. Nadie antes había logrado crear en Francia un programa académico de ese tipo, totalmente independiente del poderoso grupo galo de cabildeo de la industria nuclear militar y civil –Francia es el único país de la Unión Europea dotado de armas atómicas y 67% de su electricidad es de origen nuclear–, sin lazos con organizaciones de activistas antinucleares y con financiamiento transparente.
El especialista lleva 15 años trabajando sobre temas nucleares a los que ha dedicado varios libros. El más reciente, (), se publicó a principios del pasado enero y provoca fuertes debates. No es para menos: a lo largo de 320 páginas Pelopidas cuestiona el “dogma” de
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