LA VIDA RETRATADA EN ÁMBAR
Hace millones de años que los tardígrados, diminutas criaturas famosas por su resistencia, viven en la Tierra. Estos animales fueron testigos de la destrucción del reino de los dinosaurios o del alzamiento de las plantas sobre los continentes. Probablemente el origen de su linaje se remonta hasta el Cámbrico, cuando el planeta estaba dominado por una extraña fauna de aspecto casi alienígena. Sin embargo, las pistas fósiles para construir el árbol evolutivo de los tardígrados brillan por su ausencia.
En 1964 se encontró en Canadá el primer fósil de tardígrado. Databa del Cretácico y quedó conservado gracias al ámbar. Junto a él también se halló inmortalizado un congénere suyo, pero estaba tan deteriorado que no pudo ser identificado. Tuvieron que pasar casi cuatro décadas para conocer, gracias a una pieza de ámbar desenterrada en Nueva Jersey, otro primitivo tardígrado que vivió hace aproximadamente 90 millones de años. Recientemente, en octubre de 2021, se anunció el descubrimiento de otro más. El minúsculo animal había sido atrapado por la resina de un árbol durante
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