En el corazón de Gaudí
“TRAS UN AÑO DE PARÓN HE APRENDIDO A RELAJARME. HE VUELTO A ENTENDER POR QUÉ Y CÓMO QUIERO SEGUIR HACIENDO ESTO Y HE PERDIDO EL MIEDO A LA IDEA DE FRACASO”
es un privilegio entrar en la Casa Batlló cuando nadie más puede hacerlo.A las ocho de la mañana, a esta habitable obra de arte de Antoni Gaudí aún le efímera en la primera planta de este histórico edificio. «A veces juego a imaginarme una ciudad utópica en la que vivimos en casas con este despliegue artístico y onírico. Me pregunto cómo sería vivir en un hogar con este poder creativo y espiritual», reflexiona. Esta es su ciudad, su casa, el lugar al que siempre vuelve y que tanto ha inspirado su carrera. Recuerda divertida cómo su primera actuación consciente fue en el parque del Tibidabo: «Pasamos el día allí con mis hermanas y primos. Estaba necesitada de atención así que localicé un dolor imaginado en mi rodilla izquierda y me hice la coja todo el día. ¡Creo que ahí descubrí mi capacidad actoral!».
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