LA LIDIA DE LA INVERSIÓN
Mar 01, 2022
3 minutos
Texto Sergio C. Fanjul
Fotografía
Manuel Naranjo
Pablo Aguado (Sevilla, 1991) no sólo es torero, sino que lo parece: pelo negro, piel morena, rasgos raciales, ligero acento andaluz, lo que se espera. Vive en esa paradoja de los matadores: mata a toros, dice amarlos. La crítica alaba el clasicismo de sus formas, pero alguna rareza alberga: una carrera universitaria, en Administración y Dirección de Empresas, cosa nada frecuente en su gremio. “La vocación es una llama interior que te lleva a jugarte la vida”, dice. Metido entre los libros, pues, empezó tarde. “Una mente un poco más madura
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos