EL FLANCO ECONÓMICO DE LA GUERRA
MADRID.– El presidente ruso Vladimir Putin afirmaba con su habitual expresión fría y calculada que las sanciones impuestas por las potencias occidentales contra Rusia son equivalentes “a una declaración de guerra”. Lo hacía el pasado sábado 5 en una visita a sobrecargos y empleados de Aeroflot, aerolínea que se vio obligada a cancelar sus vuelos internacionales luego que Europa, Estados Unidos y Canadá decretaran el cierre de su espacio aéreo a vuelos procedentes de aquel país.
Habían pasado 10 días de la invasión de las tropas rusas a Ucrania, lo que provocó la respuesta de Estados Unidos, los 27 países de la Unión Europea, Canadá, Australia y Japón, que le han impuesto una avalancha escalonada de sanciones por haber vulnerado los principios y normas internacionales al invadir el país eslavo e iniciar la guerra.
Dos días después la crisis escalaba más cuando los hidrocarburos entraron en esta guerra híbrida, donde a las operaciones militares, de desinformación o ataques cibernéticos, se suma una vertiente económico-financiera: Estados Unidos prohibió las importaciones de petróleo y gas ruso, medida a la que se sumó Reino Unido. El Kremlin insistió en considerar esa decisión como una “declaración de guerra económica”, y anunció que prepara una lista de productos que prohibirá importar y exportar.
, la base de datos global que da seguimiento a las sanciones internacionales, concluye
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