Los 50 de GAULTIER
Jean Paul Gaultier (Francia, 1952) lleva una camiseta azul marino y un mono de trabajo también azul, “porque yo soy un trabajador, un artesano”, confiesa unas horas después de su último desfile, en el Teatro del Châtelet. Gesticula con energía, exagera sin complejos –todo le parece ‘¡supeeeer!’–, sonríe a placer y, en un gesto de deferencia, entremezcla frases en un correcto español, aunque muchas veces le traiciona el italiano. Los recuerdos no le ciegan. Tampoco cruzar la línea de los 50 años trabajando. En medio de un ballet de pantomima, cejas postizas, manos que giran como veletas, buen humor y sonrisas, dirige el ensayo con maestría. A su modelo estrella, Cindy Bruna, le explica con muchos gestos la actitud que debe adoptar. Sus ojos del color del océano brillan de entusiasmo y lo dicen todo sobre su compromiso con la moda. Entre bastidores están 150 maniquíes, sus musas y sus amigos. En los accesos a los camerinos nos encontramos con guardias de seguridad, un acordeonista, un pirómano pelirrojo, un contorsionista, Bella Hadid y Beatrice Dalle. También con una costurera y con Rossy de Palma y Boy George, Amanda Lear y Farida Khelfa, en definitiva, con todos los compañeros de camino y de desfile. Hay
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