Hay otros mundos, pero están en este”. Lo escribió Paul Éluard, pero fue René Magritte (1898-1967) quien lo mostró en sus pinturas. Los otros mundos de Magritte habitan en manzanas, pipas, sombreros, botellas, copas, jardines. Cuelgan, lánguidos, del perchero de un armario o se asoman desde una ventana abierta de par en par a la extrañeza.
En lo estilístico, el pintor belga es inequívocamente figurativo. Sus manzanas parecen manzanas, sus desnudos son naturalistas, sus pipas se reconocen como pipas, por más que lo niegue, primorosamente caligrafiado en el propio cuadro, el célebre texto , (esto no es una pipa). La pregunta clave es quién tiene razón. ¿Nuestros ojos, que identifican una pipa, o el texto que la niega? La imagen de una pipa, ese