DESMONTAR EL ROCOCÓ
Jan 19, 2022
4 minutos
ANA ECHEVERRÍA ARÍSTEGUI PERIODISTA
Pensar en pintura del siglo xviii es pensar en el Rococó. Nos vienen a la mente las fiestas galantes de Watteau, con su erotismo sutil, los floridos retratos de Boucher, los juegos campestres de Fragonard, las familias idealizadas de Vigée-Lebrun.
Pero al otro lado del canal de la Mancha, en el Londres georgiano, otro pintor lanzaba una mirada mucho menos benévola a las clases altas de su tiempo. Bajo los lazos, los encajes, las sedas y las rizadas pelucas, William Hogarth (1697-1764) vio un cúmulo de ridículos defectos humanos. Sus pinturas y grabados los ponen en evidencia, con un moralismo nada
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