TEODORA LA EMPERATRIZ DE BIZANCIO
LA HISTORIA DE TEODORA DE BIZANCIO ES LA HISTORIA DE UNA MUJER QUE SOBREVIVIÓ EN UN MUNDO MISÓGINO. De origen humilde, hija de un domador de osos del Hipódromo, consiguió llegar al trono de un imperio después de pasar multitud de vicisitudes. Teodora se hizo a sí misma, modeló su propia personalidad hasta conseguir, en palabras de Paolo Cesaretti, “embarcarse en uno de los ascensos más admirados y controvertidos de la historia europea”, desde lo más bajo de los estratos sociales, hasta el trono mismo de la "segunda Roma".
LA HIJA DEL DOMADOR
Teodora nació en una fecha indeterminada alrededor del año 500 de nuestra era en el seno de una familia humilde. Su padre, Acacio, se ganaba la vida cuidando a los osos de la facción Verde del Hipódromo de Constantinopla, un lugar que era mucho más que escenario de carreras de caballos y espectáculos circenses. El Hipódromo era el centro neurálgico de la vida social de Constantinopla en la que las dos facciones, los Verdes y los Azules, se identificaban con distintas posturas políticas y religiosas. Teodora no tuvo demasiado tiempo para forjarse una imagen de su padre, quien falleció cuando ella tenía tres años. La muerte de Acacio dejaba a su esposa, una actriz cuyo nombre se desconoce, al cargo de tres hijas, Comito, Teodora y Anastasia.
En un primer momento, la viuda de Acacio probablemente pidió ayuda a la red asistencial creada alrededor de la iglesia de Constantinopla que se encargaba de dar comida, ropa y apoyo espiritual a quienes más lo necesitaban. La familia de Acacio estaba ligada al cristianismo, que ya entonces se había convertido en una de las religiones más extendidas y protegidas por el imperio. El mismo nombre de Teodora tiene relación con la fe cristiana. En griego significa “regalo de Dios”.
Poco después, su viuda volvió a casarse con un hombre llamado Asterio, miembro igualmente de la facción de las Verdes pero con un puesto más elevado puesto que era el responsable de organizar los eventos del Hipódromo, contratando a personal y recaudando fondos. La boda de Asterio con la viuda de Acacio podría haber sido un arreglo para que esta pudiera sobrevivir en un mundo hostil o tal vez fuera un matrimonio sincero. Sin embargo, y a pesar de las buenas perspectivas, parece ser que la economía familiar no iba lo suficientemente bien, por lo que tanto la madre como las hijas no podían quedarse recluidas en el espacio privado de las mujeres, tenían que ganarse el pan. Algunas fuentes apuntan a que la viuda de Acacio era actriz y enseñó los rudimentos de la profesión a sus hijas, quienes desde bien pequeñas arañaban alguna moneda actuando por las calles de Constantinopla. Lejos de poder formarse con un tutor privado, recibieron una educación muy básica en una de las escuelas de caridad de la ciudad.
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