Tatúate
MI PRIMERA VEZ
Pasé de cero a ocho rápidamente porque me divirtió y me hizo quitarme muchos prejuicios de la cabeza.
ESTUVE MAS DE dos décadas ‘limpio’, sin pintarme absolutamente nada en la piel. Diría que hasta pude llegar a rozar los 30, pero me baila un poco la mente en cuanto a fechas. Nunca he sido bueno en números. El caso es que siempre le tuve cierto miedo/respeto al tatuaje. No por las agujas, ni por el ‘dolor’/escozor de la técnica y el postatuado. Todo estaba en mi cabeza. El tema es que cuando veía a alguien con tatuajes pensaba que no era de fiar. ¡Llámenme loco! Pero esta forma de pensar no es culpa mía, sino de una educación generacional en la que se nos decía que aquellas personas que estaban tatuadas eran ‘de mala vida’.
Quizás si algún later-millennial o zeta lee este arranque de texto se sorprenda. Pero, por desgracia, antes ir tatuado no era cool, sino todo lo contrario. Lo bueno es que, poco a poco, las nuevas generaciones, o la misma en la que estoy yo incluido (1985), han ido enseñando, sin pudor, las obras de arte que cuelgan de sus brazos, piernas, tórax, nalgas… Los futbolistas quizás son los hombres más tatuados que nos vienen a la cabeza. Por ejemplo, David Beckham. ¿Se puede ser más elegante y cool que el ex jugador del Real Madrid? Y su cuerpo está repleto de ‘grafitis cutáneos’. Pero en otros sectores también empezó a estar bien visto: la música, donde siempre ha sido un must, y siguieron modelos, actores, actrices, la alta sociedad…
Hoy el tatuaje, más que un ‘don’t’, es un absoluto ‘do’. De hecho, el 38% de la población mundial lleva alguno, y España es el sexto país del mundo con más tatuados. ¿Quién fue el primero? Un cazador neolítico de hace más de 5.000 años. Tenía
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