Joan Matabosch en el gran teatro del mundo
su casa del barrio de Sarriá, frente al monasterio de Pedralbes, siempre sonaba ópera de fondo. “Mis padres viajaban por el mundo para adquirir rarezas discográficas”, cuenta Joan Matabosch (Barcelona, 1961) en su cita con . A veces, en las mañanas mansas del verano, se colaban por las ventanas del salón algunas arias de Puccini procedentes del ático de su vecina, una tal Victoria de los Ángeles. “Crecí en un ambiente culto, rodeado de libros, montañas de periódicos y música clásica”. Quizá por eso al director artístico del Teatro Real le cuesta ubicar de Karl Böhm, pero hasta que cumplí cinco años no acudí a mi primera función en el Liceo: el montaje de de Giordano”, rememora el Hombre del Año Esquire en la categoría de Artes Escénicas. “Me impactó por su fuerza dramatúrgica pero también porque se especulaba con la posibilidad de que cantara Giuseppe di Stefano”.
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