Boushra Almutawakel, la primera fotógrafa yemení
El pasado mes de agosto, la serie de autorretratos que Boushra Almutawakel se hizo con su hija, Mother, Daughter, Doll (Madre, Hija, Muñeca) (2010) dieron la vuelta al mundo como símbolo de represión de las mujeres afganas tras la invasión de los talibanes. El problema es lo hicieron bajo un título más obvio, The disappereance of the Woman (La desaparición de la mujer), pero quizás más acertado. Al hacerse virales, el nombre y los datos de Boushra fueron modificados o directamente desaparecieron. No obstante, no es la apropiación gratuita de sus fotografías lo que ha sido más demoledor para ella, sino la comercialización de su causa bajo el prisma occidental.
“Fueron infrautilizadas para apoyar la narrativa occidental de “oh, mira a todas las mujeres orientales oprimidas”, reivindica Boushra desde su casa de Emiratos árabes. Por la pipa de agua a la que le da caladas entre pregunta y respuesta, parece una mujer tranquila, pero nada más lejos de la madurada batalla que esconde, una resistencia granítica contenida
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