LAS VÍCTIMAS PELUDAS DE LA PANDEMIA
Era enero de 2020, México no tenía ni un caso registrado de coronavirus y las noticias que venían de China registraban miedo, abandono e incluso la muerte de los animales de compañía tras correrse el rumor y tergiversar las declaraciones de Li Lanjuan.
La reconocida epidemióloga e integrante de la Comisión Nacional de China dijo en televisión:
“Si sus perros corren afuera y entran en contacto con el brote o per sonas infectadas con el virus, entonces sus mascotas también deben ser puestas en cuarentena, debido a que la epidemia se propaga entre los mamíferos. Debemos tomar precauciones contra otros mamíferos”.
Días después, la Organización Mundial de la Salud declaró que no había evidencia de que los animales de compañía, como perros o gatos, pudieran infectarse con el nuevo coronavirus, pero el daño en las redes sociales ya estaba hecho.
En Wuhan, epicentro de la pandemia, la crisis con los animales fue la peor. Tras el cierre de la provincia muchos de sus ciudadanos no pudieron regresar a casa cuando salieron a celebrar el Año Nuevo Lunar y sus animales quedaron en casa abandonados. También hubo narraciones que decían que si se registraba una persona enferma de COVID-19, las autoridades mataban a todos los animales de la casa como medida de prevención. A dichas situaciones se sumaron el abandono de perros y gatos y que incluso algunos propietarios le dieran muerte a sus animales debido al temor a la enfermedad.
El 27 de febrero se registró el primer caso de SARSCoV-2 en México y las mascotas experimentarían su propia pandemia. Los ojos que registran el abandono o lo que pasaba con los animales de compañía son los que están a cargo de los refugios para animales, sus cuidadores o los veterinarios.
Alfredo Márquez, responsable del refugio Caminando a su lado, cuenta cómo la gente asustada y malinformada acudía a él para deshacerse de sus perros. Para Márquez fue una labor titánica convencer a la gente de no abandonarlos.
Cambio de suerte
Paseadores de perros como Karla Trejo atestiguaron una imagen que empezó a ser frecuente en los inicios de la pandemia: los perros eran abandonados dentro de los corrales en los parques
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