DISPAROS DE AVISO
El turbulento año de 1936 tiene un prólogo en diciembre de 1935, cuando el gobierno de Joaquín Chapaprieta cae al quedarse en minoría por el escándalo del Estraperlo, que obliga a prescindir de todos los ministros del partido de Lerroux. Niceto Alcalá-Zamora, presidente de la República, decide no pedir al líder derechista Gil-Robles que forme gobierno, pese a ser la opción más votada. José Calvo Sotelo, uno de los políticos de referencia en la derecha junto al propio Gil-Robles y a Antonio Goicoechea, está en la cama enfermo por un ataque de ciática. Pero esta negativa a que la derecha lidere el gobierno supone, desde su punto de vista, un golpe de Estado liderado desde presidencia. Pese a que intenta conectar con diferentes militares –como Franco, Fanjul y Goded– para que lo impidan, estos le ignoran por la cercanía de los hechos revolucionarios de 1934 en Asturias.
Alcalá-Zamora decide entonces encargar la formación de gobierno al centrista Manuel Portela Valladares e intenta retrasar las reuniones parlamentarias y que, así, el nuevo gobierno tenga tiempo de consolidarse antes de las elecciones. Calvo Sotelo, conocedor de muchos de los resortes jurídicos al ser abogado del Estado y haber sido ministro en la dictadura de Primo de
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