Las trampas fiscales de los más ricos
Ricardo Salinas Pliego es el tercer hombre más rico de México: su fortuna se estima en 13 mil millones de dólares. Ha estado en el listado de millonarios de Forbes México desde 2012, es decir, desde el año en el que comenzó la lista. Su negocio es crear contenidos de televisión y vender electrodomésticos en “pagos chiquitos” a quienes no pueden comprarlos de contado. Con los paguitos, un refrigerador que costaría 14 mil pesos termina costando 27 mil, casi el doble. Otra parte de su negocio es Banco Azteca, famoso por cobrar comisiones por inactividad.
Un buen día Salinas Pliego tuvo a bien retar a Simón Levy, un emprendedor, a que ambos mostraran públicamente su declaración de impuestos para ver quién pagaba más. El altercado comenzó porque Levy sugirió que Salinas Pliego usaba “artilugios y subsidios” para reducir su carga fiscal.
El reto funcionó. En cuestión de horas las declaraciones de ambos estaban en línea.
Salinas Pliego fue celebrado por haber pagado casi 82 millones de pesos de impuestos al año, comparado con solo 510 mil que pagó Levy. “Deja callados a los habladores”, le aplaudían en redes. “Don Ricky, bien cumplido”, le decían otros. “Lo único que puedo decir es: ¡Ay, wey!”, concluyó un usuario.
Pero, ¿es así? ¿Realmente Salinas Pliego pagó más impuestos que Levy? No. De hecho, pagó menos. Mucho menos.
En la penúltima hoja
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