PELÍCULAS MÍTICAS M, EL VAMPIRO DE DÜSSELDORF
nspirada por un artículo de Egon Jacobsohn sobre una serie de asesinatos, es la primera película sonora de Fritz Lang, pero no lo parece por la pericia con la que el maestro del cine mudo alemán hace gala de singular habilidad en el manejo del sonido como recurso narrativo capaz de instalar en el público un estado de ánimo. Es el caso de la secuencia de la madre llamando a su hija desaparecida, asociada a planos de la escalera y la mesa vacía, o de la tonadilla que silba el asesino y que se convertirá en su talón de Aquiles, permitiendo que sea identificado por un hombre ciego al servicio de los criminales que
