150 ANIVERSARIO UN ITALIANO EN EL TRONO DE ESPAÑA AMADEO DE SABOYA
MONTSERRAT RICO GÓNGORA ES COLABORADORA HABITUAL DE DIVERSOS MEDIOS DE PRENSA Y PROGRAMAS DE RADIO. PARTICIPA EN TERTULIAS LITERARIAS, TALLERES DE ESCRITURA Y JURADOS DE CERTÁMENES LITERARIOS. COMO ESCRITORA HA PUBLICADO NOVELA, RELATO BREVE, ENSAYO, CUENTO Y POESÍA.
LOS SUCESOS REVOLUCIONARIOS DE SEPTIEMBRE DE 1868, QUE DIERON COMIENZO AL "SEXENIO LIBERAL" CON EL ALDABONA- ZO DEL DERROCAMIENTO DE ISABEL II, DEJARON LA JEFATURA DEL GOBIERNO PROVISIONAL EN MANOS DEL GENERAL SERRA- NO, UNO DE LOS ARTÍFICES DEL GOLPE, Y EL GOBIERNO PASÓ A SER PRESIDIDO POR EL GENERAL JUAN PRIM
En una España dividida y donde los disturbios eran el pan de cada día, en enero de 1869, como respuesta a las aspiraciones de los repu blicanos, el gobierno se manifestó en estos términos: "Tienen más seguro porvenir las instituciones liberales garantizadas con la solemne y sucesiva estabilidad del principio monárquico, que sometidas al peligroso ensayo de una forma nueva, sin precedentes históricos en España y sin ejemplos en Europa dignos de ser imitados".
En junio, las Cortes compuestas por una fuerte mayoría monárquica de progresistas, unionistas y demócratas y una débil minoría de republicanos y carlistas, elaboraron una nueva Constitución en la que se establecía la monarquía como forma de gobierno, pero basada en la Soberanía nacional que podía elegirla y que podía revocarla, una aportación más que significativa en la historia, pues se inmiscuía en los derechos seculares de la sucesión dinástica.
LUCHA POR LA CORONA
Con ese acicate comenzó a buscar un rey para España. En el empeño fueron sopesadas catorce candidaturas, –duque de Montpensier–, miembro de la dinastía real francesa que reivindicaba sus derechos por ser esposo de la infanta y cuñado de Isabel II –la reina destronada–, en cuya caída había colaborado. En una ambición sin límites, pretendía convertir España en un país satélite de Francia, bien como rey legítimo o como rey consorte. Mal avenido con su cuñada Isabel II, Montpensier no se privó de difamarla cuando era ya un árbol caído del que todo el mundo podía hacer leña. En su leal defensa en el exilio salió el infante , un hombre viril y aguerrido que era primo y cuñado al mismo tiempo de Isabel por ser hermano de su esposo , "la menor cantidad de hombre posible" con que la habían casado. El duque de Montpensier y Enrique dirimieron sus diferencias en un duelo, según aferrada costumbre de la época, y Enrique murió. El duque fue juzgado y condenado por un consejo de guerra, desterrado a diez leguas de Madrid, obligado a indemnizar con treinta mil pesetas a la familia de la víctima y su candidatura al trono de España fue desestimada.
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