Sujetos a los prejuicios
El ser humano tiende a categorizar a las personas, a marcar una línea divisoria entre y según Albert Galaburda, neurólogo, esto es, las suposiciones que hacemos sobre otras personas sin ser conscientes del proceso. En 1990, investigadores de Harvard diseñaron el test de asociación implícita (IAT), una forma rápida y fácil de chequear cuál es nuestro de racismo, sexismo o discriminación. Está disponible en la Red, y más de uno, que se creía libre de prejuicios, se lleva una sorpresa tras completarlo: sus preferencias inconscientes, medidas por asociaciones instantáneas, sugieren lo contrario. Como explica la experta en análisis de datos en ciencias del comportamiento en la página 36, el IAT no es tan fiable como se pensaba a la hora de valorar la propensión de las personas a manifestar sesgos en la vida real. Funcione mucho o poco, el sesgo implícito es un problema: nuestros sesos están bañados por prejuicios muy arraigados.
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