EL TOQUE DE COLOR
Aun paso de su templo de parisino en la calle Danielle-Casanova, David Lucas ha encontrado la felicidad en este magnífico piso de la quinta planta de un edificio. Cuando lo descubrió hace dos años, estaba intacto, con la distribución tradicional de las construcciones antiguas, con numerosas y pequeñas habitaciones comunicadas a lo largo de un estrecho pasillo. Esto no le impidió imaginar cómo sería tras una reforma integral. “Quería un lugar que pudiera transformar desde cero, tener carta blanca para invertir en él por completo”. David Lucas decidió prescindir de un arquitecto y dibujó él mismo los planos. Al derribar las paredes y dejar al descubierto los techos, salieron a la luz unas magníficas vigas de hormigón. “Le dan encanto. Soy un fan del Palais de Tokyo y era obvio que había que destacarlas y jugar con las grandes paredes blancas, la luz, los espacios abiertos...”.
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