El mural de Sánchez Laurel sobre el 68
Este miércoles 6 de octubre se reinaugura una de las obras más audaces y desconocidas del arte público mexicano: el mural Alegoría a la lucha, de Herlinda Sánchez Laurel, que se encuentra en Ensenada, Baja California, en el edificio de la Sección 37 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Pintado en 1969, mientras su autora era perseguida por el activismo que tuvo en el Movimiento Estudiantil de 1968 como presidenta de la Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, el mural es valioso por su narrativa pictórica, el tratamiento temático y la actitud artística que sustentó su producción.
¿Cuántas obras de arte de carácter público, que aborden críticamente la represión estudiantil, se realizaron a menos de un año de la matanza del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco? Hasta donde se sabe, ninguna.
La osadía de Herlinda Sánchez Laurel corresponde a un tipo de artista que consideraba el arte como una misión de responsabilidad social. Congruente con sus ideales, la pintora fue miembro de la Juventud Comunista, se involucró en causas interesadas en mejorar la educación, participó activamente en el movimiento estudiantil facilitando la producción de la famosa Gráfica del 68
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