UNA MARCHISTA SINGULAR La consagración de Sofía
Para llegar a la casa de la mar-chista Sofía Ramos hay que saber dónde está el cementerio de aviones del aeropuerto de la Ciudad de México. En los linderos de la alcaldía Gustavo A. Madero y el municipio de Nezahualcóyotl, por donde corren las vías del tren, se levantan 22 viviendas hechas de láminas y de madera forrada con plásticos para evitar que entre la lluvia.
A ese asentamiento irregular se le conoce como Localidad 17 de junio, fecha en la que un grupo de paracaidistas se asentó hace una década. Sus habitantes son recolectores y recicladores de basura. Las viviendas y todo lo que hay en su interior están hechos con el material que pepenan. Lo que algunas personas desechan, para ellos es un tesoro. No hay agua corriente ni pavimento, la luz llega gracias a unos “diablitos”.
En esta zona de la colonia Ciudad Lago ya todos saben que la vivienda 10 es la casa de la muchachita esa que salió en la tele porque ganó una medalla de oro en el Campeonato Mundial de Atletismo Sub-20 en Nairobi, Kenya. Entre cuchicheos, los vecinos cuentan que esa niña seria que siempre anda para todos lados con su mamá y su hermana es alguien importante. Ahora entienden por qué siempre usa ropa deportiva y a veces la han visto que camina chistoso.
Sofía Ramos Rodríguez ya está entre la élite de las marchistas juveniles mexicanas. A su reciente título mundial hay que sumarle la medalla de plata que obtuvo en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos
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