POLÍTICA
Aunque analistas califican como positivas la gestión de la política monetaria y las decisiones de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) para combatir la inflación, el histórico ingreso de remesas y la inyección anual de al menos 700 mil millones de pesos a la economía, vía programas sociales, elevan el circulante monetario y consolidan una presión constante con precios más altos para productos, servicios y créditos.
En otras palabras, mientras el banco central ha mantenido al alza las tasas de interés para encarecer el financiamiento y desincentivar el consumo de empresas y familias, el gobierno federal mantiene una política fiscal expansiva que generará este año un déficit de 5% que, además, compromete la efectividad a la política monetaria. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) defiende el gasto en la economía mientras el Banxico, desde enero de 2022, ha dejado claro en sus decisiones de política monetaria que su prioridad es el combate a la inflación y no el impacto de mayores tasas en las finanzas públicas.
De acuerdo con el histórico de minutas de la Junta de Gobierno del Banco de México, el exsubgobernador Gerardo Esquivel advirtió que si la Junta de Gobierno del Instituto Central mantenía su