“¿Hagamos un museo?”. Esa fue la invitación, más parecida a una fantástica locura, que hace 22 años recibió Acacia Echazarreta por parte de Jorge Yarur. ¿Cómo comenzar a armar un museo? Estaba la casa familiar de Av. Vitacura 4562, con arquitectura moderna de Bolton, Larraín y Prieto; los jardines de Luis Nakagawa; el diseño interior de Mario Matta Echaurren. Ahí también se guardaba la colección de los Yarur-Bascuñán: documentos, objetos de diseño y cotidianos, arte, vestuario y todo lo que, con visión, la mamá de Jorge, Raquel Bascuñán, guardó por años. No existía un orden sistemático de ese material, ni los depósitos ni el conocimiento. Eso fue avanzando con el tiempo, al igual que la agudeza en la mirada de Acacia Echazarreta, curadora de este museo de altura mundial. Las colecciones de Sharon Tate, Amy Winehouse, Marilyn Monroe, Diana de Gales, entre otras figuras de la cultura pop, han sido estudiadas, curadas y montadas por ella
