ISRAEL EN TIEMPOS DE JESÚS
EN EL AÑO 333 A. C. ALEJANDRO MAGNO (356-323 A.C.) CONQUISTABA JUDEA DESPUÉS DE DERROTAR AL IMPERIO PERSA. Los territorios de Israel, que desde el siglo VIII habían estado siempre bajo dominación de los distintos imperios que se sucedieron en Mesopotamia–asirios, neobabilonios (o caldeos) y persas–, pasaban ahora a formar parte de un nuevo mundo recién inaugurado: el de la cultura helénica, que tenía como lengua franca el griego.
A la muerte repentina de Alejandro Magno, fue inevitable que se produjeran una serie de guerras sucesorias. Su imperio quedó fragmentado en tres grandes reinos que se repartirían sendas dinastías: Antigónida (Macedonia), Seléucida (Oriente Próximo), Ptolemaica (Egipto). Inicialmente, los territorios judíos quedaron integrados bajo el reino ptolemaico hasta que, hacia el 200 a.C., como consecuencia de nuevos conflictos intestinales terminaran siendo anexionados por el Imperio seléucida, cuya política expansionista pasaba por “reconstruir” las fronteras del antiguo imperio alejandrino.
Bajo el Imperio seléucida, Israel contempló el paso de dos reinados: el de Antíoco III, el Grande, y el de su hijo Antíoco IV, Epífanes. Mientras que la política de Antíoco III fue benevolente con el pueblo judío, el cual le había respaldado en su guerra contra los Ptolomeos, la situación sería muy diferente con su sucesor Antíoco IV…
El nuevo rey seléucida Antíoco IV–que gobernó del 175 al 164 a.C.–, continuó impulsando la política expansionista iniciada por su dinastía. Sin embargo, su ambición por.
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