HAN HECHO FALTA AÑOS E INDIES FORÁNEOS PARA VOLVER A SER TAN BUENA
Hace 30 años, en plena Guerra de las Consolas entre Sega y Nintendo, la primera tuvo muchos lemas publicitarios que, en realidad, eran pullas a su encarnizada rival. El más legendario fue, seguramente, uno que solo tenía sentido en inglés, ya que jugueteaba con una inversión léxica: "To be this good, it takes ages; to be this good, it takes Sega". Es decir, "para ser tan buena, hacen falta años; para ser tan buena, hace falta Sega". Entonces, la compañía, presidida por Hayao Nakayama desde Japón y comandada por Tom Kalinske en su división estadounidense, se hallaba en la cresta de la ola. Después de saltar desde los salones recreativos al mercado doméstico, Sega había ido ganando pujanza muy progresivamente, primero de forma timorata con Master System y, luego, como un elefante en una cristalería con Mega Drive, un maquinón de 16 bits que había debutado en su Japón natal dos años antes que Super Nintendo. Así, entre la segunda mitad de los 80 y la primera de los 90, aparecieron importantes sagas que dieron consistencia al citado
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