La incógnita del Tri
La euforia por la inédita medalla de oro conquistada por la Selección Mexicana de Futbol en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 se esfumó muy pronto. Todo sucedió en el transcurso de un ciclo olímpico a otro, con el tránsito de la alegría al desencanto que dejó Río 2016, donde el equipo no pudo evitar la eliminación en la fase de grupos.
Hace nueve años, sin figurar entre los favoritos, México inscribió su nombre con letras doradas en lo más alto del podio olímpico. Nunca antes ninguna selección de futbol en todas sus categorías, y menos un representativo de la zona de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Futbol (Concacaf), alcanzó su mayor rédito en unos Juegos Olímpicos como lo hizo el tricolor sub-23 en Londres, en la inolvidable final contra Brasil de los estelares Neymar y Marcelo.
Cuatro años más tarde, la siguiente cita olímpica se realizó en Río 2016, donde el futbol mexicano esperaba confirmar su progresión. Pero la suerte no abrazó Gutiérrez.
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