Lo bueno por conocer GIJÓN
Si cada geografía engendra un verano diferente, la luz estival en las pupilas cantábricas se torna gozo y calma; es un estallido de espumas y oleaje, paleta de azules y verdes en la retina; y es, también, el ejemplo del disfrute gastro, de la reunión familiar o con amigos para echarse al gaznate unos culines de sidra y verificar lo que todos sabemos, es decir, lo bien que se come en Asturias.
El verano a orillas de las playas gijonesas tiene tres protagonistas indiscutibles: el bonito del norte, los calamares de potera y las sardinas. Ya sabemos que, en los tiempos que corren, se podrá encontrar en casi
