Benji Gil, la historia que nadie sabe...
Benjamín Gil Aguilar tenía 15 años cuando le cayó la guillotina de la Federación Mexicana de Beisbol. La Femebe lo expulsó de por vida de las selecciones nacionales. Al presidente de ese organismo, el ya fallecido teniente coronel Alonso Pérez, le indignó que el pelotero no aceptara estar en un equipo donde el talento escaseaba. Gil decidió irse a jugar a otro lado y no con la selección juvenil que Pérez quiso imponerle.
El pelotero ya pintaba como prospecto para Grandes Ligas; aún era pítcher, pero como jugador de posición se lucía con el guante y conectaba la bola con demasiada potencia. No hubo ruego del teniente que valiera y Gil se despidió del beisbol amateur, hasta que años más tarde aceptó volver para representar a México en los Juegos Panamericanos de 1999, en busca del pase olímpico que no se logró para Sydney 2000.
Nacido en Tijuana, Baja California, Benjamín Gil, ahora de 48 años, es el nuevo capitán de un barco llamado Selección Nacional de Beisbol que competirá en los Juegos Olímpicos Tokio 2020. Con la suerte de un bateador emergente, la responsabilidad le cae de rebote. Es cosa de matar o morir. Hereda un equipo huérfano tras la destitución de Juan Gabriel Castro como mánager. A él, la Femebe también le cortó la cabeza.
Gil es el mánager mexicano más ganador del momento. En la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) presume cuatro títulos en cinco intentos con los Tomateros de Culiacán. En la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) dirige a los recién nacidos Mariachis de Guadalajara, equipo que ocupa el segundo lugar de la zona norte, apenas
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