LA CORONACIÓN DE ISABEL II
EL 6 DE FEBRERO DE 1952, LA PRINCESA ISABEL OBSERVABA TRANQUILAMENTE LA SALVAJE NATURALEZA DE KENIA CUANDO SE ENTERÓ DE QUE SU PADRE, JORGE VI, DE 56 AÑOS DE EDAD, HABÍA FALLECIDO DE TROMBOSIS CORONARIA, MIENTRAS DORMÍA EN SU RESIDENCIA DE SANDRINGHAM. Inmediatamente inició los preparativos para regresar a Gran Bretaña ya como reina.
Dos días después, un número extraordinario de La Gazette–el BOE británico–, documentó la muerte del monarca y la declaración de adhesión al trono de la nueva soberana, realizada ante su Consejo Privado en el Palacio de Saint James. En ella prometió "defender el gobierno constitucional y promover la prosperidad de mis pueblos, esparcidos como están por todo el mundo". Tenía 25 años.
Jorge VI fue enterrado en la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, el 15 de febrero de 1952, después de un funeral de Estado. Desde ese momento se iniciaron los preparativos para coronar a Isabel II. Se fijó como fecha para la ceremonia el 2 de junio de 1953, más de un año después de la declaración de adhesión. La tradición obligaba a que transcurriera un período de tiempo adecuado tras la muerte de un monarca, antes de realizar una celebración.
LOS PREPARATIVOS
El 1 de enero de 1953, la abadía se cerró al público y comenzaron los preparativos para transformar la iglesia. Un equipo de 200 personas supervisado por el Ministerio de Trabajo comenzó a construir, era una construcción con fachada de vidrio adornada con diez bestias, tanto reales como imaginarias, que homenajeaban la cultura y la historia del Reino Unido; realizadas por en arcilla y yeso eran un león, un grifo, un toro, un halcón, un yale, un eale, un galgo, un unicornio, un caballo y un dragón.
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