Una comedia llamada Superliga
MADRID.- A las 00:30 horas del lunes 19 los clubes de futbol más poderosos de Europa anunciaron la creación de la “Superliga”. La apuesta de estos multimillonarios equipos contra la Unión de Federaciones Europeas de Futbol (UEFA) –una de las seis confederaciones filiales de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA)–pretendía remover las estructuras del establishment del balompié mundial, dicen, por el impacto económico que el negocio del deporte más seguido en el planeta está sufriendo a causa de la pandemia.
Sin embargo, la conjura de estos 12 conjuntos rupturistas tuvo poco recorrido y, por el momento, parece haberse descarrilado: sólo tres días después del anuncio, nueve de las organizaciones que habían firmado la creación de dicha liga ya habían declinado.
La iniciativa se desinfló a raíz de las duras presiones de la UEFA, de la FIFA, de algunos gobiernos europeos y de organizaciones de aficionados que no congenian con las decisiones empresariales de los propietarios de esos equipos, especialmente los fanáticos ingleses que se apostaron afuera de sus estadios.
El sábado 17, Aleksandr Ceferin, presidente de la UEFA, tenía indicios de que se preparaba una
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