BIENVENIDO, MR. BIDEN
Lo consiguió. A pesar de una de las transiciones políticas más dramáticas a las que haya asistido el mundo, con carnavalesco y violento asalto al Capitolio incluido, el pasado 20 de enero Joe Biden conseguía convertirse en el 46º presidente de Estados Unidos y los mercados lo celebraban con nuevos máximos.
Desde entonces, hemos sido testigos del globo de la marihuana y su resaca posterior; al ajuste de las valoraciones en las energías limpias y el consecuente rebrote de los combustibles fósiles; y a la llegada de un nuevo cheque de estímulo de 1,9 billones de dólares, con la promesa de un impulso adicional para la renovación de infraestructuras. Mientras tanto, en las calles, la población estadounidense se vacuna contra el covid-19 a unos tres millones de dosis diarias, enviando un premeditado mensaje de poderío sobre su sector farmacéutico, su capacidad de recuperación y la vuelta al consumo.
Así las cosas, después de las lágrimas, los bancos vuelven a frotarse las manos esperando financiar las compras de los estadounidenses. Animados por las previsiones de crecimiento –este año superior al 5%, según el Fondo Monetario Internacional– y los planes de gobierno de Biden, los analistas creen que los sectores ganadores incluirán, fundamentalmente, aquellos vinculados a las infraestructuras, las energías y tecnologías limpias, y la salud apoyada en la biotecnología.
El rebrote del cobre y el crudo
Pero en un mercado borracho de liquidez
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