FUEGO ENTRE LOS DEDOS
Beber un café muy caliente, acercarse a una llama o tocar las cenizas incandescentes de un cigarrillo equivale a quemarse. Entonces ¿cómo es posible sostener un objeto ardiente y que eso no suceda? Para conseguirlo y ahorrarse una buena quemadura será clave entender el principio de Arquímedes, conocer la conductividad térmica de los distintos materiales y servirse de las propiedades del calor específico.
Pero vayamos paso a paso. El análisis de los restos arqueológicos nos dice que nuestros ancestros aprendieron a hacer fuego y ya era capaz de aprovecharlo hasta cierto punto hace un millón y medio de años, eso sí, sin saber cómo generarlo. En cualquier caso, la del fuego es uno de los sucesos más importantes en la larga historia de nuestra especie.
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