CUESTIÓN DE MAGIA
TODA ESA GENTE que hay por la calle completamente a oscuras me sorprende. La palabra en amhárico –una de las lenguas de Etiopía– para amanecer es ‘goh’ y la gente suele empezar el día como si alguien les hubiera gritado ‘go’ (‘vamos’, en inglés) al oído para despertarlos. Enseguida los hombres van saliendo de entre el polvo y otros muchos esperan los minibuses que los llevan al centro de la ciudad. Un niño con una descolorida camiseta del Arsenal saca la cabeza por la puerta de uno de ellos y me dice medio en inglés: “¿Dónde ir tú?”. “Montañas de Entoto”, le contesto mientras vuelve a desaparecer en la oscuridad.
Cuando subo al bus del equipo de Moyo Sports, ya va a rebosar de atletas. Ataviados con camisetas con capucha o con tradicionales shammas de algodón, parecen un grupo formado por monjes y boxeadores que intentan rascar un último minuto de sueño antes de entrenar. Hailye, segundo entrenador y subagente, mira el teléfono y le va diciendo al conductor dónde hay que recoger a los atletas.
Con el sutil brillo del cielo antes del amanecer se ve pasar a algunos corredores que aprovechan para entrenar antes de
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