TESORO A LA VISTA
Embarcarse a través de un viaje por el tiempo y aterrizar en el siglo XVII. Esta casa, situada en el casco antiguo de Mantua, lleva el nombre del distrito donde se ubica, conocido como Contrada San Domenico.del siglo XVII que remata la chimenea del salón, los restos de pinturas de la misma época y los patrones del XIX que decoran el dormitorio: de influencia austriaca, recuerdan los motivos típicos de las residencias aristocráticas en el sur del Tirol. Para respetar al máximo el valor de los frescos, los propietarios seleccionaron un esquema de colores neutros, y de acuerdo con el consejo del equipo de restauradores locales que supervisaron el proyecto -Marica Negri, Isotta Lorenzini y Massimo Sidoli- eligieron pinturas a base de silicato, que permiten que los rayos de luz penetren directamente en las partículas de pigmento, mejorando así la superficie y dándole su tono iridiscente a medida que cambia la luz del día. No hay muchos muebles en los distintos espacios y son de líneas sencillas y limpias, con el fin de enfatizar las llamativas ornamentaciones. Sin embargo, las lámparas sí merecen capítulo aparte. Se eligió un ramillete escogido de modelos que reúne los mejores nombres del diseño contemporáneo italiano (Flos, FontanaArte...). Las luminarias son, sin duda, una de las pasiones de Luigi, que junto a Francesca, han volcado en esta casa su particular visión de la belleza atemporal y eterna.
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