La ruta de la privatización de la electricidad
Con los permisos de autoabastecimiento eléctrico impulsados en el gobierno de Felipe Calderón y validados por el de Enrique Peña Nieto no sólo se dio paso a un mercado paralelo que compite con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por los mejores clientes, sino que surgió un mercado financiero vinculado con emisiones de deuda a través de fideicomisos privados para obtener recursos y rendimientos adicionales, a partir de esos proyectos de generación de electricidad.
Así, la recuperación de la inversión en proyectos de generación de energía para los jugadores privados que obtienen tarifas más atractivas no sólo se realiza con el ahorro del autoconsumo, sino que se obtienen beneficios financieros para sus inversionistas a través del mercado de valores vendiendo electricidad a terceros bajo el esquema de “socios”, como en el caso de la cadena de tiendas Oxxo del Grupo Femsa o Walmart.
Con 94 amparos ante el Poder Judicial en contra de las resoluciones de la CFE, las llamadas sociedades de autoabasto de electricidad que utilizan la infraestructura de la Comisión no sólo compiten con la empresa del Estado mexicano por el mercado de grandes consumidores, tanto industriales como residenciales, sino también por los recursos del mercado de deuda, donde la empresa productiva del Estado participa con sus propias emisiones.
El miércoles 3, en el Senado
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