¿ERES UN ASESINO? LA RESPUESTA PODRÍA ESTAR EN NUESTRO CEREBRO
EL PRESENTE ARTÍCULO NO PRETENDE EXIMIR DE RESPONSABILIDAD PENAL A LAS PERSONAS QUE COMETEN UN ASESINATO. Sin embargo, los últimos avances en el conocimiento de nuestro cerebro nos ofrecen una realidad tan desestabilizadora como sobrecogedora: no somos libres. A la luz de la neurociencia, cada vez parece más evidente que tenemos menos espacio para nuestra responsabilidad ética y moral, y que no somos más que marionetas cautivas de un cerebro que actúa al margen de nuestro pretendido libre albedrío. ¿Está usted completamente seguro de que nunca se convertirá en una persona asesina?
ALMA INOCENTE, ¿CEREBRO CULPABLE?
A mediados del siglo XIX se produjeron una serie de revoluciones en el ámbito de la ciencia y la política (MÁS ALLÁ, 348) que terminaron desmantelando el paradigma antropocéntrico heredado por las religiones y que había perdurado tras el ocaso de la Edad Media, y a pesar del Renacimiento. El mismo año en que Karl Marx (1818-1883) publicaba su (1848) y (1809-1882) comenzaba a ensamblar, como piezas de un rompecabezas, el fruto de sus observaciones luego recogidas en (1859), una persona, hasta entonces anónima, iba a sufrir un extraño accidente que iba a cambiar completamente la visión que se tenía hasta la fecha de la dualidad mente y cerebro.
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