Críticas
LA PISTA DE LAS ESTRELLAS:
Mank
Mank (EE. UU., 2020, 131 min.). Dir.: David Fincher. Int.: Gary Oldman, Amanda Seyfried, Charles Dance, Lily Collins, Tom Burke. DRAMA.
Cuando la crítica norteamericana Pauline Kael, responsable del polémico Raising Kane, escribió que, con su ópera prima, Welles produjo la ilusión de una grandiosa película histórica, parecía definir, por adelantado, lo que ha hecho David Fincher con Mank. El estilo incisivo y hostil de Kael estaba dispuesto a levantar las ampollas de los defensores de Ciudadano Kane en un artículo que reivindicaba la autoría de su guion para Herman J. Mankiewicz, pero no podía quitarle el mérito de la (moderna, apabullante) puesta en escena a Welles. Un mago, un prestidigitador, un ilusionista, como Fincher: Mank es la ‘ilusión’ de un biopic, la ‘ilusión’ de una carta de amor envenenada al Hollywood clásico, la ‘ilusión’ de una película política. De ahí que su blanco y negro, bella y discretamente difuminado por una niebla invisible, le dé un aspecto casi onírico. De ahí que los círculos de los cambios de rollo, creados digitalmente, nos remitan a un pasado que nunca volverá. Tal vez porque Mank es su particular Rosebud, o el homenaje a su padre (Jack, autor del guion) encapsulado en una bola de nieve.
Ciudadano Mank. Es significativo que Welles sea un personaje marginal en la película. Su presencia habría empañado la grandeza de ese perdedor alcohólico y guionista audaz, que se paseó por el Hollywood de los años 30 como un perro sin collar, ladrando a los más poderosos con réplicas tan afiladas como un arpón. La estructura narrativa de Mank no es tan disruptiva como la de Ciudadano Kane, pero incorpora su tensión entre pasado y presente, ahora identificada en una dialéctica entre movimiento y estatismo: la dinámica vida de Mankiewicz cuando se enfrenta a los magnates del cine, cuando apoya al demócrata socialista Upton Sinclair, cuando se conmueve con la lúdica lucidez de la actriz Marion Davies (las mejores escenas de la película, las más emotivas, son las que comparten los espléndidos Gary Oldman y Amanda Seyfried), y el encierro que supone la elaboración de un guion que todo el mundo le recomienda que entierre en el anonimato. Así las cosas, Mank encuentra su propio ritmo entre esos dos tiempos históricos sin caer nunca en la nostalgia, escuchando los ecos de una historia que resuena poderosamente en la política norteamericana contemporánea, apoyándose en la palabra con la fuerza y la densidad con que lo hacía La red social para dibujar el retrato de un artista en los márgenes de la fama, que con su escritura cambió el curso de la historia del cine. Sergi Sánchez
Más información en núm. 2.125
ESTRENO: 20 NOVIEMBRE EN SALAS, 4 DICIEMBRE EN NETFLIX
PARA CINÉFILOS ALÉRGICOS A
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