CASOS SORPRENDENTES
egún cuenta G. N. M. Tyrrell en su excepcional (1953), no debe descartarse la relación de los animales con los fenómenos de telepatía que funcionan en dos direcciones: unas veces son ellos quienes ven a supuestos fantasmas humanos y otras los de color negro en el hotel. Cuando terminaron la cena, Mary contó a Adela el incidente y esta lo anotó en su diario. Cuatro días después, Mary recibió una carta notificándole la triste noticia de la muerte de Judy en cuestión de media hora tras haber enfermado de repente. Adela también anotó la noticia en el diario. El día de la muerte de Judy no coincidía con el día de la visión de Mary, aunque esta declararía después que cuando vio al animal tuvo la impresión de que había muerto ese día. Si se tiene en cuenta que la perra enfermó de repente y su dueña no lo sabía, ¿qué motivos tendría para verla aparecer en el salón-comedor? ¿No sería Judy la que «proyectó» una imagen tan realista de sí misma a su dueña al sentir que iba a morir? Todo apunta a que así fue y la mente inconsciente de Mary recibió el mensaje y lo proyectó en el espacio físico donde se encontraba. No sabemos de muchos testimonios tan bien documentados como este, pero Tyrrel recoge otro similar del perro de Rider Haggard, al que éste vio en un sueño gimiendo lastimeramente. Luego se supo que esa noche el perro había sido atropellado por un tren. Haggard manifestó que nunca hasta entonces había tenido un sueño telepático.
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