ADICTA AL TALENTO
(Agustí Villaronga, 2010) me abrió la puerta grande del cine: Concha de Plata, nueve goyas, en puertas de los Oscar… Pero mi mejor recuerdo tiene que ver con las nueve semanas de rodaje. Agustí es elque me ayudaba con el acento rural (el mío era de chica de Les Corts), leí todos los libros (además del de Emili Teixidor en el que se basa el film) de mujeres en cárceles… Fue un máster en Guerra Civil, y un regalazo inesperado. Había conocido a Agustí cuatro años antes, cuando buscaba protagonista para No le encajé nada, pero algo debió de ver que me llamó para Por entonces, la productora ni me conocía; apostaban por Ariadna Gil. Para colmo, el primer día que leímos el guion lo hice fatal y, después, en el rodaje, en la escena en la que le tiro la barra de pan al alcalde, no era capaz de darle el punto emocional. Se enfadó, me echó una bronca monumental, me dijo que si me creía Juana de Arco. Nada que ver con maltrato, pero sí con el lugar al que me quería llevar. Adoro su exigencia, consiguió lo que quería. Recuerdo la escena en la que voy a la cárcel a visitar a Roger. Decidimos estar una semana sin vernos hasta ese momento. Lo caracterizaron sarnoso y demacrado, cuando lo vi me impactó tanto que fue la única vez en mi vida que he sentido la magia de la inspiración, nunca me ha vuelto a pasar. Me sobraba todo alrededor. Cuando cortaron vi al equipo llorando. Hay mil anécdotas, a cual más intensa. En una escena con Laia Marull me reventé la mano en la primera toma, cuando tenía que dar un golpe en la mesa. Éramos dos burras poniendo toda nuestra negrura en juego. Y ya el remate, en el Lincoln Center de Nueva York, promocionando para los Oscar, al niño (Francesc Colomer) le preguntan en rueda de prensa qué sería de mayor: ¡Casi lo matamos!
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