CORRER SEGURA
CORRE Y DEJA CORRER
Aia Polansky, de 34 años, cuenta que estaba un día corriendo a las 6 de la mañana por el margen del río Charles, en Boston (EEUU), cuando vio que un corredor se aproximaba bajándose los pantalones.
“Al principio pensé que solo estaba recolocándose la ropa o que necesitaba urgentemente ir al baño”, explica esta entrenadora personal y monitora de defensa personal. Pero no, cuando la adelantó, Polansky vio que era un exhibicionista que le estaba enseñando sus genitales.
No, por ahí no pasaba. Se puso a perseguirlo y cuando llegó a su altura se encaró con él: le agarró del brazo para evitar que se escapase y les gritó a los viandantes que llamaran a la policía. Nadie lo hizo. Cuando ella misma marcó el número, el exhibicionista se zafó y huyó. Sin embargo, una cámara de vigilancia captó el incidente y el vídeo se hizo viral: resulta sorprendente y satisfactorio ver a Polansky perseguir sin ningún miedo al sospechoso (algo que, por cierto, la policía desaconseja).
Por supuesto, también hay que tener en cuenta que Polansky mide 1,80 m, está muy en forma, y es exmiembro del ejército israelí, entrenada en Krav Maga. Ella insiste en que su reacción no se debió a sus antecedentes militares. “Es cosa de mi personalidad”, explica. “Si estoy en una situación incómoda, quiero enfrentarme a ella y lidio con lo que sea”.
Lo que le sorprendió y realmente le molestó es que nadie
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