LA VERDAD SOBRE EL PRIMER EXPEDIENTE OVNI
El primer capítulo en la historia moderna de los platillos volantes comenzó a escribirse cuando eran casi las 15:00 horas de un soleado martes 24 de junio de 1947. Kenneth Arnold (1915-1984), hombre de negocios –dedicado a la instalación de equipos contra incendios– y malograda estrella de fútbol por una lesión, pilotaba su avioneta particular CallAir A-2 por la Cordillera de las Cascadas, donde se eleva el Monte Rainier (estado de Washington, EE.UU.). Su desvío aéreo por esta ruta es intencionado: el 10 de diciembre de 1946 un C-46A de la Marina con treinta y dos hombres, con destino a Seattle, se había accidentado desapareciendo durante una tormenta. En abril de 1947, una gratificación de cinco mil dólares (equivalente a lo que hoy día serían unos 60.000 dólares) reunida por familiares de las víctimas era una buena excusa para que algunos aviones particulares transitaran por este espacio aéreo tratando de avistar los restos del aparato siniestrado.
Escudriñando en la abrupta orografía que rodea el volcán montañoso, Arnold sobrevolaba a una altura entre nueve y diez mil pies (tres mil metros) cuando, de repente, maniobrando en un giro de 180 grados, un destello de
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos