Una segunda oportunidad
EL de la deseable, nos obliga a caminar por la vida como auténticos autómatas. Ya que en mayor o menor medida nos hemos visto forzados a bajarnos de la noria a la que llamamos rutina, quizá sea un buen momento para resetear nuestra cabeza y empezar a saber valorar todas esas cosas que, aun habiéndolas tenido delante siempre, eran prácticamente invisibles a nuestros ojos. ¿Nuestro consejo? Empieza a hacer esas llamadas para las que nunca tenías tiempo. Pídele a tus padres que te cuenten por enésima vez cómo se conocieron. Disfruta escuchando las risas de
