SÍ, CHEF
Macarena Rey
CEO DE SHINE Y PRODUCTORA EJECUTIVA
Esta licenciada en Business Administration en Estados Unidos es CEO de Shine Iberia y productora ejecutiva de las tres versiones de MasterChef (Junior, Celebrity y anónimos). Y es, digamos, la jefa de todo esto. Con más de 20 años de carrera a sus espaldas y otros hitos televisivos, hoy está al frente de un equipo de más de 700 personas entre España y Portugal (200 sólo en MC) que han convertido el formato de MasterChef, presente en 65 países, en una referencia en todo el mundo. Por varias razones. La primera es que las cifras de audiencia lo avalan: el último MasterChef 8 ha sido la edición con la cuota de pantalla más alta en la historia del formato en España, además de ser la única que se ha grabado durante el confinamiento.
Ocho años después de su arranque, la gallina de los huevos de oro de la cadena pública no es sólo uno de los ‘talents’ televisivos más exitosos del siglo XXI, sino un negocio muy redondito. Además de una plataforma para todos aquellos que pasan por él, un espacio divulgativo –fue merecedor del Premio Nacional de Gastronomía en 2014– y, sobre todo, un programa muy divertido.
Macarena lo resume como “un cóctel perfecto entre el contenido gastronómico, un magnífico casting, el humor y la espectacularidad en sus pruebas de plató y exteriores”, y añade como elemento fundamental el apoyo de todos los profesionales de la gastronomía –española e internacional– que les acompañan cada semana.
Entre las funciones de la máxima responsable del formato, está “diseñar la escaleta de contenidos de cada temporada, la selección del talento que trabaja en cada área, la interlocución con TVE y la supervisión de cada responsable de área”, que le reportan a ella. Aunque Macarena, ‘colchonera’ confesa, asegura que su labor, “más que en despachos, está en el terreno de juego”.
Pasión, ilusión y entusiasmo son palabras que emplea para referirse a su trabajo –y si leen los comentarios de su equipo, parece que el mensaje ha calado en la casa–, pero no pierde de vista ni un solo instante a quién va dirigidos: la audiencia. “Nuestro objetivo primordial es no defraudar al público que nos sigue desde hace 8 años. Tenemos que seguir sorprendiéndoles con nuevos contenidos gastronómicos, nuevas mecánicas y giros que no se esperen. Que la gente no se aburra”.
Pero el mercado no es fácil. Por recurrir a una sencilla comparación gastronómica, la maquinaria que hace falta para llevar un proyecto de este corte requiere casi los mismos elementos que un restaurante con estrella Michelin: el proceso implica desde la búsqueda del mejor producto, proveedores o gestores, pasando por un buen equipo de cocina, sumilleres, camareros, jefes de sala, decoración, vajillas, mesas y, claro, comensales que después les contarán a otros lo que ahí se come. Pero al lado de ese restaurante, en la misma calle, hay otros que sirven sus menús y ofertan sus servicios. Macarena, con el ojo y el olfato entrenados, conoce bien a la audiencia. En lo que ella llama “un ejercicio permanente de humildad”, cada semana ofrece un menú que alaban desde los menos duchos en los fogones hasta los más gourmets. “Es complicado aumentar las
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