Con voz y voto
PERIODISTA
Lydia Becker, Emmeline Pankhurst, Elizabeth Cady Stanton, Susan B. Anthony, Clara Campoamor, Emily Davison, Carmen Karr, Carrie Chapman Catt, Millicent Fawcett, Alicia Moreau, Elvia Carrillo Puerto… Es larga la lista de nombres propios que han pasado a la historia por su ímprobo esfuerzo en defensa del sufragio femenino, una de las conquistas más importantes en el camino hacia la igualdad real entre géneros, que reconoce a las mujeres de todo el planeta la posibilidad de elegir a sus representantes y de ser elegidas como tales. O lo que es igual: la oportunidad de hacer de sus comunidades y pueblos un lugar mejor, en el que todas las voces son escuchadas y todas las realidades vitales contempladas.
EL MOVIMIENTO SUFRAGISTA
Los albores de lo que acabó deviniendo en la larga lucha por el voto femenino se sitúan a finales del siglo XVIII en distintos países, cuando comienzan las primeras reclamaciones a favor de abolir la discriminación entre hombres y mujeres. Al inicio se orientan más hacia conquistas como el derecho a la educación que a demandas directas del reconocimiento de la capacidad para votar, que supone una transformación radical en las sociedades tal y como se habían concebido hasta ese momento, esto es, basadas en un patriarcado sin condiciones. El
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