Pearl Harbor Y LA OPERACIÓN DOOLITTLE
ESCRITOR Y PERIODISTA
El ataque era el resultado de varios años de tensión entre Estados Unidos y la superpotencia asiática
El 7 de diciembre de 1941, en un día con escasa actividad por ser domingo y con las medidas de seguridad más relajadas de lo aconsejable, la base naval americana de Pearl Harbor (isla de Oahu, Hawái) se vio sorprendida por una agresión que, pese a los muchos meses de tensiones y advertencias, nadie esperaba: 353 aviones japoneses de distintas clases –cazas, bombarderos, torpederos– partieron de seis portaaviones situados en mitad del océano para intentar acabar, con un golpe letal y definitivo, con la Flota del Pacífico de Estados Unidos. El bombardeo estuvo perfectamente organizado y coordinado en dos oleadas, una poco antes de las ocho de la mañana y otra al filo de las nueve, y dejó un terrible saldo: más de 2.400 muertos y casi 1.200 heridos, además de los cuatro acorazados hundidos, los 188 aviones perdidos y otra serie de daños de diversa consideración.
TENSIÓN NUNCA RESUELTA
El ataque era el resultado de varios años de tensión entre la superpotencia asiática y Estados Unidos. Desde 1937, Japón estaba en guerra con China, donde los americanos tenían importantes intereses económicos. La agresiva política exterior del Imperio preocupaba a la Casa Blanca, y los estadounidenses
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