EL BROCHE DE ORO
Las joyas tienen el poder de capturar momentos, expresar sentimientos y traer recuerdos. Son el instrumento que sella las grandes historias de amor. En muchas de ellas, aparece la icónica caja roja de Cartier. A lo largoha sido testigo de romances tan épicos como el de Grace Kelly y el Príncipe Rainiero de Mónaco o el del rey Eduardo VIII de Inglaterra, que renunció al trono para casarse con Wallis Simpson. Hay cuatro piezas de la casa parisina que, por sí mismas, son toda una declaración. En primer lugar, el clásico reloj , un icono atemporal que desde su nacimiento, en 1917, ha sido un emblema para la etiqueta y lo hemos visto en las muñecas de Diana de Gales, Jackie Kennedy y Catherine Deneuve. Por otro lado, uno de los anillos de compromiso más vendidos del mundo, la sortija (creada en 1924 por Louis Cartier), todo un símbolo del amor, la fidelidad y la amistad reflejados en sus tres aros entrelazados en oro rosa, amarillo y blanco; Gary Cooper, Sarah Jessica Parker y Kate Middleton son algunas de las que lo han elegido en sus diferentes versiones. No podía faltar, el brazalete , un reflejo de la unión entre amantes que vio la luz en 1969 en los talleres neoyorquinos de la marca, y al que su creador, el diseñador Aldo Cipullo, llegó a definir como «las esposas modernas del amor». ¿Entre los Elizabeth Taylor y Richard Burton o Frank y Nancy Sinatra. Y, para terminar, las colecciones de solitarios de diamantes y piedras preciosas, con las que dieron el Nicole Kidman y Mary-Kate Olsen. Todas ellas protagonizan la campaña ¿que la firma recupera diez años después de su lanzamiento para rendir homenaje al papel de Cartier como broche de oro de todas esas relaciones (famosas o no) de las que ha sido partícipe. Tal y como concluye Arnaud Carrez, director de Marketing y Comunicación Internacional de la casa: «Cartier siempre ha expresado el amor con intensidad a través de creaciones de gran valor simbólico. Las joyas de la celebran cada historia como la más grande de las aventuras».
