CRÓNICA OCULTA DE UNA PANDEMIA ANUNCIADA
Cómo definiría la situación actual en este mundo duramente golpeado por la pandemia más extensa de la historia? En pocas palabras: confusión, temor, descontrol, confrontación, incertidumbre. Porque, ciertamente, la propia pandemia sanitaria es muchísimo más leve que otras anteriores, por el porcentaje de muertos y por los medios de los que disponemos para afrontarla, aunque no por el Estado de Temor Global y sus devastadores efectos económicos. Pero a esto se suma una verdadera infodemia, un diluvio informativo absolutamente inédito provocado por internet, las redes sociales y el crecimiento exponencial de los medios de comunicación con los que cuenta nuestra nueva Aldea Global. Todo ello propicia otro fenómeno inédito: la infoxicación, popularmente conocida como fake news, que tanto las múltiples y muy diversas corrientes de opinión como los ingenieros sociales al servicio de las élites en pugna pretenden utilizar para sus propios programas e intereses.
INFOXICACIÓN CONTRA DISCERNIMIENTO
Nunca antes había sido tan evidente el enfrentamiento, a nivel planetario, entre los que aceptan –en líneas generales– el discurso dominante, según el cual nos enfrentamos a un peligro nuevo que amenazaría nuestras vidas, justificando la implementación de medidas excepcionales que chocan con varios derechos constitucionales, y quienes se oponen radicalmente a lo que consideran una mentira, orquestada con oscuras finalidades, que pretendería conducirnos –a través del liberticidio sumisamente aceptado– hacia un Nuevo Orden Mundial, programado desde hace tiempo por las élites dominantes.
Un nuevo frente que viene a sumarse a la confrontación política, creciente en todo el mundo. Y siempre olvidando el sabio adagio, según el cual «a río revuelto, ganancia de pescadores». Traducido a términos conspiranoicos: si los ciudadanos nos peleamos entre nosotros –en nombre de no importa qué certezas ideológicas– «ellos» ganan. Ese «ellos» responde a la convicción creciente según la cual existen élites o grupos de poder ocultos, que provocan situaciones como ésta o simplemente pretenden aprovecharse de las mismas para sus propios fines. Sobran razones para pensar que esto es así. Pero queda por definir con claridad quiénes son «ellos» y, sobre todo aplicando el sentido común, tomar conciencia de que necesariamente debería haber varios grupos elitistas que competirían en este conflicto, como ha ocurrido en tantas otras situaciones históricas, porque –en caso contrario–no habría necesidad de poner en marcha complejos planes para hacerse con el dominio global.
Aunque para los conspiranoicos es mucho más fácil, y más tranquilizador, convencerse de que solo existe una élite malvada, la de los globalistas, a la cual se enfrentan los «líderes anti-globalistas»: Trump, Putin, Bolsonaro y algunos otros. Pero siempre ignorando que estos últimos también son apoyados por ciertas élites que cuentan con sus propias agendas. Pero hay una tercera vía: la de quienes buscamos la verdad y lo que se oculta tras esta ceremonia de la confusión, orquestada por los amos del «juego» y sus ingenieros sociales.
Ante semejante estado de confusión y caos, nada mejor se nos ocurre que brindar a nuestros
