AMLO, el uso político de los casos de corrupción
El objetivo está declarado: se trata de que “el pueblo” conozca cómo era “el modus operandi de la corrupción en el periodo neoliberal”, según el presidente Andrés Manuel López Obrador que, a partir del pasado 2 de julio, convirtió los asuntos judiciales respecto del ex-director de Pemex Emilio Lozoya Austin en referencia cotidiana en sus apariciones públicas.
Ese objetivo, ha dicho de manera reiterada, se ubica al mismo nivel de importancia para su gobierno que el de recuperar recursos “para devolverle al pueblo lo robado”, pues, advierte, la justicia corresponde a la Fiscalía General de la República (FGR) y a las decisiones que tome el Poder Judicial, que, sin embargo, apenas inicia los procesos en los que el exfuncionario del peñanietismo es imputado, denunciante y testigo colaborador.
Un día antes de esa referencia al caso, López Obrador celebró el segundo aniversario de la elección que lo llevó a la Presidencia; en tanto, el 30 de junio, el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, había hecho pública la decisión de Lozoya Austin de dejar de litigar su extradición y aportar pruebas sobre la corrupción ocurrida entre 2013 y 2015, el periodo en el que estuvo al frente de Pemex, por lo que la declaración presidencial del 2 de julio fue la primera reacción al anuncio.
A tres meses de haber dictado las medidas de distancia social y
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