Made in Italy
Milán, 1974. La sociedad pedía cambios. Las mujeres buscaban su emancipación y reclamaban derechos (como la interrupción voluntaria del embarazo, que lograron por ley en 1978 y confirmaron con un referéndum: de una revolución dentro de otras revoluciones –sociales y personales–. Irene Mastrangelo (protagonizada por la actriz Greta Ferro, imagen de Armani Beauty) es una alumna universitaria que se rebela ante los métodos de enseñanza en uno de sus últimos exámenes y por eso es aplazada. Su padre obrero –oriundo del sur– se enfurece porque para él tener una hija estudiante es un sacrificio. Echada de su casa, Irene inicia su revolución personal cuando entra a trabajar en la revista de moda . Allí conoce a Rita Pasini (Margherita Buy), una editora que libra su propia batalla: reivindicar a diseñadores italianos como Walter Albini, conocido como el padre del de su país. Rita defiende el rol social de la moda con reflexiones como: “¿Quién dice que la revolución no la hicieron más las minifaldas de Mary Quant que las manifestaciones de los estudiantes del 68?”. Emociona ver cómo en ese tiempo Filippo, editor de arte gay que esconde su sexualidad por temor a ser juzgado, armaba cada página como un . Mientras se organizan desfiles y en una burbuja creativa, afuera la calle arde y la radio cuenta el contexto sociopolítico que Camilla Nesbitt, creadora de la serie, decidió inteligentemente no dejar afuera. La reconstrucción de época es impecable. Ferré, Armani, Krizia, Missoni, Miuccia Prada, Fiorucci y Versace aparecen en el relato y con una sucesión de vestidos y accesorios originales. La música acompaña con éxitos de ese gran momento de la canción italiana. Por ahora, solo podemos ver los ocho capítulos por plataformas alternativas mientras esperamos que Amazon la incluya en su catálogo para esta parte del mundo. Quien busca sabrá dónde encontrarla.
