HOTELES QUE DAN PÁNICO
n estos tiempos que corren, con un grave problema económico para sectores como el turismo y la hostelería, el horror se vive también en los hoteles, no porque pululen en ellos los espectros o los asesinos en serie, sino por la incertidumbre dramática que se cierne sobre estos establecimientos. El miedo a lo que viene en breve: por un lado, el coronavirus en sí; por otro, la posible ruina. ¿Cómo harán frente los hoteles al futuro? ¿Cómo se adaptarán? Lo iremos viendo día a día. Mientras, el cine, siempre retrato de las épocas, nos recuerda cómo han sido estos establecimientos hasta ahora. Como espectadores hemos podido alojarnos en hoteles, moteles o pensiones de París, Nueva York, Roma, Londres o (Roman Polanski, 1988), el robo de (Steven Soderbergh, 2001) o los problemas lingüísticos de Bill Murray en Lost in Translation (, Sofia Coppola, 2003), pero si se trata de terrores, que es lo que nos ocupa en esta sección, estos alojamientos han dado para muchos sustos, casi siempre cuando hay pocos huéspedes. En su soledad. Este 2020 se ha estrenado (Jeff Wadlow), centrada en un peligroso resort tropical, y por este motivo —y la desastrosa realidad comentada más arriba— nos adentraremos en hoteles y moteles en los que aconsejamos no reservar plaza nunca, por mucho que la oferta sea apetecible.
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